miércoles, 3 de abril de 2019

Real Fábrica de Tabacos de Sevilla

Vista frontal de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla


La Real Fábrica de Tabacos de Sevilla se remonta a 1620, cuando el armenio Juan Bautista Caraffa fundó una fábrica de tabaco en las inmediaciones de la iglesia de San Pedro. En 1730 el Estado se hizo con el monopolio del tabaco y la Real Hacienda tomo el control directo de la fábrica. 30 años después, la producción de tabaco pasó a una nueva fábrica, situada a extramuros de la ciudad (en su emplazamiento actual). 

En 1945 se creó Tabacalera S.A, una sociedad mercantil creada por el régimen de Franco que gestionaría la producción del tabaco. En 1999, esta empresa se fusiona con la francesa Seita creando Altadis, la empresa líder del sector del tabaco en España a día de hoy.
Pertenecía al sector secundario ya que transformaba la materia prima (hojas de tabaco) en productos elaborados (los cigarrillos).

Se encuadra dentro del sector tabacalero.



Cigarreras en la fábrica. 1920.

Operarias trabajando en las máquinas liadoras. Primer tercio del siglo XX.



Para hablar de su contexto económico-histórico, tenemos que remontarnos a su construcción, entre 1728 y 1770. Es durante esta época cuando se produce la transición de una industria que estaba en manos de los artesanos agrupados en gremios, a una industria más modernizada, fruto de la Primera Revolución Industrial. La industria tabacalera de mediados del siglo XVIII dependía de la habilidad manual de los artesanos, que eran los encargados de la producción de los cigarros.

Indudablemente, esta fábrica permitió tener numerosos trabajadores empleados. Durante los dos primeros siglos el número de operarios asistentes a las faenas variaba frecuentemente y con fuertes oscilaciones.
Captura de Google Maps


El edifico se encontraba a extramuros de la ciudad, junto a la Puerta de Jerez, el Colegio de San Telmo y el Convento de San Diego. El lugar se conocía como “Las Calaveras”, ya que fue un antiguo cementerio romano.

El edificio tiene una extensión (según la referencia catastral) de 101.856 m2. Su uso es cultural.
Un tercio del espacio total se reservaba a funciones burocráticas, administrativas y a la vivienda de los principales funcionarios. El resto se dedicaba a las funciones de elaboración del tabaco, y así en sus plantas se distribuían molinos, prensa, almacenes y salas de manufactura, quedando los secaderos en las superficies de sus terrazas.

Los molinos y prensas, movidos por tracción animal, estaban en la planta baja, donde asombra el inmenso grosor de sus muros, justificado por la necesidad de mantener en el interior un determinado grado de humedad, proporcionado por canales subterráneos, la mayor parte de ellos naturales, y que luego se distribuían por corrientes de aire estratégicamente dispuestas a través de corredores.

Actualmente, el edificio pertenece a la universidad de Sevilla.

El edificio cesó su actividad económica en el año 1942. El edificio se había quedado obsoleto para albergar una fábrica de tabacos completamente mecanizada, por lo que el Ministerio de Hacienda cede el edifico a la Universidad de Sevilla, sometiéndolo a una gran transformación para adaptarse a los usos académicos.

El cierre de la fábrica se corresponde con el estancamiento y autarquía de la regresión industrial de la posguerra (1936 – 1959).

Como consecuencia, finalizó la “era de las cigarreras”, y el papel de la mujer en la fábrica de tabacos. Una de ellas, llegó a escribir:

"Adiós Fábrica de Tabacos, gloria de las cigarreras
qué pena nos da el pensar de no volver más a ella;
aquí entramos desde niñas y ésta fue nuestra alegría
que cantando y trabajando se nos pasaba la vida.

Para el gremio del tabaco se hizo su construcción
desde que a España lo trajo aquel Cristobal Colón;
tus talleres y galerías no los pisaremos más,
pues de centro de trabajo se vuelve Universidad."


La actividad industrial, y por ende, la utilidad del edificio, finalizó en 1942. Entre 1954 y 1956 se produjo la reconversión del edificio, trasladándose la Universidad de Sevilla al mismo.

El edifico no ha modificado su localización, encontrándose emplazado en el mismo lugar; en la calle San Fernando.

El edificio es la sede actual de la facultad de filología y de geografía e historia, donde se ofrecen estudios de grado, Máster y doctorado.


Entre los elementos que aún perviven y que sirven de testimonio de la Real Fábrica de Tabaco de Sevilla podemos citar:
-      La impresionante portada palaciega, escultórica, reminiscente de las formas del barroco clasicista, a semejanza de otras “Reales” fábricas.
-      La placa situada en el cuerpo inferior del edificio en la que se lee “FÁBRICA REAL DE TABACOS”, coronada por un altorrelieve de un león.
-      La arquivolta, que se decoró con relieves alusivos a la molienda del tabaco, veleros, trofeos militares y los retratos en busto de Cristóbal Colón y Hernán Cortés, además de dos indios, uno de ellos fumando en pipa.

Realizado por Miguel García Carro


Bibliografía:

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