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Vista frontal de la Real Fábrica de Tabacos de Sevilla |
La
Real Fábrica de Tabacos de Sevilla se remonta a 1620, cuando el armenio Juan
Bautista Caraffa fundó una fábrica de tabaco en las inmediaciones de la iglesia
de San Pedro. En 1730 el Estado se hizo con el monopolio del tabaco y la Real
Hacienda tomo el control directo de la fábrica. 30 años después, la producción
de tabaco pasó a una nueva fábrica, situada a extramuros de la ciudad (en su
emplazamiento actual).
En
1945 se creó Tabacalera S.A, una sociedad mercantil creada por el régimen de
Franco que gestionaría la producción del tabaco. En 1999, esta empresa se
fusiona con la francesa Seita creando Altadis, la empresa líder del sector del
tabaco en España a día de hoy.
Pertenecía
al sector secundario ya que transformaba la materia prima (hojas de tabaco) en
productos elaborados (los cigarrillos).
Se
encuadra dentro del sector tabacalero.
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Cigarreras en la fábrica. 1920.
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Operarias trabajando en las máquinas
liadoras. Primer tercio del siglo XX.
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Para
hablar de su contexto económico-histórico, tenemos que remontarnos a su
construcción, entre 1728 y 1770. Es durante esta época cuando se produce la
transición de una industria que estaba en manos de los artesanos agrupados en
gremios, a una industria más modernizada, fruto de la Primera Revolución Industrial.
La industria tabacalera de mediados del siglo XVIII dependía de la habilidad
manual de los artesanos, que eran los encargados de la producción de los
cigarros.
Indudablemente,
esta fábrica permitió tener numerosos trabajadores empleados. Durante los dos
primeros siglos el número de operarios asistentes a las faenas variaba
frecuentemente y con fuertes oscilaciones.
Captura de Google Maps |
El
edifico se encontraba a extramuros de la ciudad, junto a la Puerta de Jerez, el
Colegio de San Telmo y el Convento de San Diego. El lugar se conocía como “Las
Calaveras”, ya que fue un antiguo cementerio romano.
El
edificio tiene una extensión (según la referencia catastral) de 101.856 m2.
Su uso es cultural.
Un
tercio del espacio total se reservaba a funciones burocráticas, administrativas
y a la vivienda de los principales funcionarios. El resto se dedicaba a las
funciones de elaboración del tabaco, y así en sus plantas se distribuían
molinos, prensa, almacenes y salas de manufactura, quedando los secaderos en
las superficies de sus terrazas.
Los
molinos y prensas, movidos por tracción animal, estaban en la planta baja,
donde asombra el inmenso grosor de sus muros, justificado por la necesidad de
mantener en el interior un determinado grado de humedad, proporcionado por
canales subterráneos, la mayor parte de ellos naturales, y que luego se
distribuían por corrientes de aire estratégicamente dispuestas a través de
corredores.
Actualmente,
el edificio pertenece a la universidad de Sevilla.
El
edificio cesó su actividad económica en el año 1942. El edificio se había
quedado obsoleto para albergar una fábrica de tabacos completamente mecanizada,
por lo que el Ministerio de Hacienda cede el edifico a la Universidad de
Sevilla, sometiéndolo a una gran transformación para adaptarse a los usos
académicos.
El
cierre de la fábrica se corresponde con el estancamiento y autarquía de la
regresión industrial de la posguerra (1936 – 1959).
Como
consecuencia, finalizó la “era de las cigarreras”, y el papel de la mujer en la
fábrica de tabacos. Una de ellas, llegó a escribir:
"Adiós
Fábrica de Tabacos, gloria de las cigarreras
qué pena nos da el pensar de no volver más a ella;
aquí entramos desde niñas y ésta fue nuestra alegría
que cantando y trabajando se nos pasaba la vida.
qué pena nos da el pensar de no volver más a ella;
aquí entramos desde niñas y ésta fue nuestra alegría
que cantando y trabajando se nos pasaba la vida.
Para el gremio del tabaco se hizo su construcción
desde que a España lo trajo aquel Cristobal Colón;
tus talleres y galerías no los pisaremos más,
pues de centro de trabajo se vuelve Universidad."
La actividad industrial, y por ende, la
utilidad del edificio, finalizó en 1942. Entre 1954 y 1956 se produjo la
reconversión del edificio, trasladándose la Universidad de Sevilla al mismo.
El
edifico no ha modificado su localización, encontrándose emplazado en el mismo
lugar; en la calle San Fernando.
El edificio es la sede actual de la facultad de filología
y de geografía e historia, donde se ofrecen estudios de grado, Máster y
doctorado.
Entre los elementos que aún
perviven y que sirven de testimonio de la Real Fábrica de Tabaco de Sevilla
podemos citar:
-
La impresionante
portada palaciega, escultórica, reminiscente de las formas del barroco
clasicista, a semejanza de otras “Reales” fábricas.
-
La placa situada en
el cuerpo inferior del edificio en la que se lee “FÁBRICA REAL DE TABACOS”,
coronada por un altorrelieve de un león.
-
La arquivolta, que
se decoró con relieves alusivos a la molienda del tabaco, veleros, trofeos
militares y los retratos en busto de Cristóbal Colón y Hernán Cortés, además de
dos indios, uno de ellos fumando en pipa.
Realizado por Miguel García Carro
Bibliografía:
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